Movimiento Juvenil Mexicano
PRECISIONES
El primero en utilizar el término tan oído, que además significa acoso escolar, fue el sueco Dan Olweus, quien en los 70 llevó a cabo un estudio a largo plazo que tuvo como resultado un programa en contra del acoso para las escuelas de Noruega, que fue un gran éxito.
Actualmente, dicho fenómeno ha aumentado su frecuencia e intensidad de manera alarmante. En México se presume como resultado de una exposición constante a la ola de violencia y desesperanza que se vive en nuestro país, lo que lleva a muchos escolares a vivir situaciones verdaderamente aterradoras.
El bullying no es selectivo, ni afecta a algún sector de la sociedad o género en específico, aunque en el perfil del agresor se observa que predominan los varones.
El agresor aprovecha los momentos de vulnerabilidad y aislamiento de su víctima. Por esta razón los padres y maestros no siempre se dan cuenta de dicha situación.
Esta práctica que se ha tornado en un grave problema de salud pública ergo su gravedad como proceso social negativo y destructivo, es sumamente frecuente en nivel secundaria y preparatoria de México.
Además la práctica en todo el mundo, ha logrado adaptarse y potencializarse a través de la tecnología de comunicaciones, resultando en lo denominado cyber bullying, es decir, acoso mediante el uso del ciberespacio particularmente en páginas web de difamación, calumnia y agresión (recuerden el caso de lajaula.net), blogs, mensajería instantánea etc.
El bullying puede configurarse desde la sola exclusión social hasta el abuso físico y sexual en contra de la víctima.
Este gravísimo problema genera graves consecuencias en las víctimas, tales como: baja autoestima, actitudes pasivas y pérdida de interés por los estudios lo que puede llevar a una situación de fracaso escolar, serios trastornos emocionales, depresión, ansiedad y pensamientos suicidas, mismo que en más de una ocasión se ven consumados por los afectados en un desesperado esfuerzo por terminar con dicha situación.
El núcleo familiar resulta de vital importancia para el probable arreglo de las causas madre de dicho fenómeno, puesto que la misma se erige en la principal fuente de amor y educación de los niños. Por medio de la interacción familiar el niño aprende a socializar con patrones de valores, normas y sobre todo límites. Resulta por tanto evitar que el hogar se convierta en un espacio caracterizado por la hostilidad o en contraste demasiado permisivo, puesto que según varios estudios eso derivará irremediablemente en conductas agresivas y/o destructivas.
Por otra parte, si el entorno, realidad y cotidianidad de las próximas generaciones continúa siendo ejemplo de disfuncionalidad, abandono, violencia, sangre, hostilidad y pérdida de la esperanza... no existe en realidad mucho que podamos hacer para evitar la degeneración, falta de conciencia y disrupción social que eminentemente vendrá en un futuro con mayor fuerza que en la actualidad a terminar con el proceso de destrucción...
¡Qué mundo tan interesante estamos dejando a nuestros hijos!
SEBASTIÁN LOZANO GONZÁLEZ DE COSÍO
PRESIDENTE ELECTO DEL COMITÉ DIRECTIVO
DEL DISTRITO FEDERAL
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