CIUDADANO 2.0
"Las palabras bellas y rimbombantes, ¡déjenselas a los poetas!" Eso es lo que pensaba (y pienso) la gran mayoría de veces que escucho o leo a un político. En su mayoría todas son bellas palabras, de entre las que luego destacan algunas rimbombantes poco utilizadas, y una que otra referencia literaria. Se lucen, se lucen con el don del habla que busca marear y asombrar a más de uno que por un instante piense y diga: "Ah caray, ¡este sí sabe!". 
Pero no sucede sólo con los políticos, vamos seamos justos, también sucede con muchos ingenieros, científicos, abogados, artistas, comunicólogos, financieros y muchos otros más que no alcanzaría enumerar. La academia, esa base que permite que cuando somos estudiantes nos sintamos casi dioses por dominar textos de las más diversas ideologías, así como términos provenientes de países tan progresistas como los Estados Unidos de América o los europeos, en su gran mayoría influye en nosotros cuando nos referimos a un habla, por decirlo de alguna manera, "más culta".
Se menciona a Kafka, se menciona la naftalina y también se llega a mencionar galamatías. Se hacen referencias a pasajes novelísticos entrañables o al más salvaje y silvestre vocablo que deseamos con enorme fervor emplear para sorprender a nuestros más allegados. Nunca falta la palabra en lengua extranjera que nos permita colocarnos en un status diferente al que permea en nuestra ignorante sociedad.
Pero las palabras bellas las considero yo más de la utilidad de aquellos que dedican su tiempo a las letras. La poesía me encanta, la considero la mayor expresión que se puede llegar a alcanzar con las palabras, pero me gustaría mejor dejarle esa labor a los poetas. Porque luego parece que entre más prosa podamos construír mejores personas seremos. No niego que cuando empleas términos como "embrollado", "oscuro", "confuso", "sin sentido", y demás en un mismo párrafo, "galamatías" surja como una opción para enriquecer nuestro vocabulario. ¿Pero de entrada lanzarse con ella?
Cuando uno quiere comunicarse con alguien, supongo yo, la idea es darse a entender. Que se pueda dialogar en un mismo canal que sea franco y sincero. Ese canal de comunicación permitirá entonces que los participantes de la comunicación puedan contribuir de mejor manera a lo que se discute. Si hay términos más simples y llanos que nos permiten acercarnos a la mayoría, habrá que utilizarlos, porque al final la idea es darnos a entender.
La academia es linda, intelectual y maravillosa, pero al final la academia queda en eso, en academia... La academia y las palabras rimbombantes suenan increíbles y asombrarían a nuestros amigos en una charla de café; no creo que debiera ser el tema central en una discusión que suponemos debe llevarnos a algo (tangible)... Lo bello es bello, pero no necesariamente útil; como lo que sí sucede con lo útil que suele ser útil. ¿Me explico?
Por más trillado que suene la frase de "hechos, no palabras", creo que sigue vigente y deberá seguir impregnada en la gente que toma decisiones en distintos ámbitos, lo malo de esta frase es que siguen siendo más palabras, como lo anterior escrito...
COLECTA DE JUGUETES
En el Comité Directivo del Distrito Federal de Movimiento Juvenil Mexicano, nos hemos planteado el objetivo de lograr cosas y no sólo hablar y hablar, por lo que el día de mañana martes se logrará uno de nuestras primeras acciones.
Juguetes que estaban abandonados volverán a las andadas con niños que sufren el abandono de una familia que no tienen. Esperen fotografías de lo queb ustedes nos ayudaron a construír.
De corazón muchas gracias a quienes aportaron un juguete, porque más que una palabra, yo creo que una sonrisa dice más que muchas cosas.
E. F. A.
C O O R D I N A D O R
P R O M O C I Ó N / D I F U S I Ó N
