Movimiento Juvenil Mexicano
MIÉRCOLES IRREMEDIABLES...
Hurgando entre los estantes de mi no tan pequeña pero tampoco tan basta como quisiera colección de libros, me encontré una obra que hacía mucho no releía, este peculiar libro, se llama ¨Dibs en busca del yo¨. En verdad vale la pena buscarlo y leerlo (no debería decirlo… pero creo que hasta se puede descargar en línea).
Una obra aparentemente sencilla y sin importancia que en realidad esconde un gran acervo de sentimientos, experiencias, situaciones y una lección de vida que tanto necesitamos en algún momento. Es por esto que podemos identificarnos con Dibs de cierta manera, tanto así que comprendemos porque tantas veces prefiere quedarse callado dentro de su pequeño mundo pero sin dejar de estar presente en este, en ves de relacionarse con gente que nos hace daño aun sin quererlo.
Todos sentimos, todos somos capaces de percibir el mundo de manera distinta, por eso hay cosas que nos afectan mas a unos que a otros, también hay cosas que nos hacen mas felices. Pero muchas veces al igual que Dibs no sabemos como llamar a todas están sensaciones, nos podemos llenar de calidez humana o enfriarnos mas que el hielo. Podemos pasar de una alegría infinita, sentimos que tenemos alas, podemos surcar el cielo con ellas, llegar tan alto... hasta que ocurre algo que nos atemoriza, y ese miedo corta nuestras alas de un solo tajo, nos pone los pies en la tierra y peor aun, nos hunde en ella.
En el control de esta felicidad y este miedo se esconde el secreto para poder vivir bien, el entender que es lo que sentimos, saber que no esta mal lo que pasa con el mundo, y mucho menos que esta mal lo que pasa con nosotros mismos sino que simplemente pasa.
Parte de esta vida es como yo quiero que sea, como tú quieres que sea y otra como los demás quieren que sea. No podemos controlarlo todo, pero podemos aprender a vivir con todo eso que no esta en nuestras manos.
Muchas veces nos hemos sentido igual que Dibs: con un odio que no podemos expresar por que nos han enseñado que esta mal odiar. Después de todo, no creo que sea necesario tener que ponerle nombre a todas esas sensaciones, ¿por qué no simplemente sentirlas? ¿Por qué no dejarnos llevar por ellas?
Una vida es muy poco tiempo como para sufrir, son más las alegrías que las penas pero las necesitamos a ambas para un desarrollo integral.
Me llamo mucho la atención al final del libro la necesidad de encontrar a Dios, como parte de una búsqueda de identidad personal. El asombro mezclado con alegría y miedo ante la grandeza de lo desconocido.
Lo único que se concluye realmente es que todos somos o hemos sido ese Dibs en busca de si mismo forjándose una identidad a pesar de todo (incluida la gente que te quiere aunque no sepa decírtelo).
Pero bueno, perdón por familiarizar tanto al personaje, pero es miércoles y estamos en el ombligo de la semana y esta vez, les pido tomarse el tiempo de conseguir esta obra y darle una pequeña pasada al menos.
IVÁN MONDRAGÓN FAJARDO
VICEPRESIDENTE DE ASUNTOS EMPRESARIALES Y AGRARIOS
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Acabo de leer el libro y me gusto mucho, pero mas importante aún me deja una gran tarea de reflexión!!!
Saludos.