MIÉRCOLES IRREMEDIABLES...
Hay muchas cosas en la vida que no podemos cambiar, pasan simplemente porque tienen que y eso es algo que llamamos sencillamente, irremediable. Es por esto que a partir del día de hoy, me daré a la, espero fructuosa, tarea de tratar de alejarnos un poco de todo, para a su vez, involucrarnos con lo demás, es decir, trataré de que la sección de los miércoles, hable de todo y de nada a la vez, un escape de la realidad, sin embargo se procurara abordar temas de interés general, esos pensamientos que no faltan en las prolíficas mentes de nosotros, los jóvenes
Hoy por hoy ser joven implica muchas responsabilidades y aun mas obligaciones y compromisos, en especial para aquellos que tienen la intensión de trascender mucho más allá de sí mismos y ser participes de una sociedad que ha cobrado vida y que se mueve a la velocidad de la luz. Como entes pertenecientes a un mundo vivo y cambiante, es preciso hacer uso de los recursos y herramientas accesibles para movernos a la par de él y mantenernos al tanto de lo que sucede; somos la generación de la informática, usémosla entonces.
Es triste reconocer que la vida en nuestro país ha cambiado de forma tal que día a día no vivimos, sobrevivimos. Aunque sea haciendo esfuerzos con una economía familiar de seis mil pesos mensuales los cuales al parecer se extienden hasta el infinito como el pan y los peces. ¿Seis mil pesos? ¿Qué compras con seis mil pesos? Sin ser vánales y siendo a la vez realistas, no nutres a tu familia, la llenas; no cubres tus deudas, las mantienes; ¿Ahorrar un peso? Ni las nuevas monedas de feria de pueblo de cincuenta centavos. Hay días que despierto y quiero ver al país con los ojos que lo ve la administración actual, días en los que quiero conocer a ese México que se ve en los anuncios en los que todo es bello y el sol brilla por igual, ese México sin hambre ni pobreza que le sonríe al mundo escondiendo sus oscuros vicios y perversiones. Es precisamente en estos días de ambiente turbio y negro en los que quisiera creer en lo que dicen nuestros dirigentes, quisiera creer que le estamos ganando la guerra al narcotráfico, que hemos logrado frenar el contrabando de armas y que los grupos armados no tienen el control de casi todo el país.
Nuestros padres y nuestros abuelos nos hablan de tiempos mejores, de tiempos en los que la gente que nos dirigía era capaz y tenía una mano digna de llevar las riendas de una nación que hoy por hoy va como potro desbocado. Afortunadamente también tengo criterio para reconocer que la mano dura no es el camino de la verdadera democracia, se que la mejor opción no debe simplemente ser la menos mala, es por esto que se reconoce la presente necesidad de involucrar una nueva visión a la política y se abren nuevos canales de expresión y participación activa, es por eso que ahora los jóvenes tenemos la obligación de alzar la voz y pronunciar un nuevo discurso, un discurso que refleje el México que queremos y por el cual estamos dispuestos a trabajar para salir adelante, ha llegado el momento de dejar a un lado la pasividad y comenzar a ensuciarnos las manos, por decirlo de alguna manera, y echar a andar los motores que mueven al país.
El miedo es una forma de control, solo superándolo se puede ser libre, y si dejamos a la nación en manos de los violentos acabaremos perdiendo nuestra identidad y nuestra dignidad será pisoteada. Si, el barco en el que vamos se acerca al abismo, pero aun estamos a tiempo de retomar el timón y ajustar las velas. NO QUEREMOS MAS VIOLENCIA, lo que México necesita es una revolución ideológica y cultural, una empresa tal, que sea capaz de involucrar a todos los sectores de la población, comprometernos con hacer de este país, ese lugar de ensueño que nuestros gobernantes nos quieren hacer creer que existe. Es tiempo de devolverle el poder a los ciudadanos y no hay arma más eficiente que la palabra.
Es momento de firmar un pacto verdadero, pero no con los demás sino con cada consciencia, debe ser un pacto que establezca un código de conducta, de comportamiento, de ética, un acuerdo en el cual queden plasmados nuestros valores, en el cual nos comprometamos a nunca, pero en verdad nunca, convertirnos en todo aquello que tanto hemos criticado y que nos hemos dejado llevar hasta este punto. Si no logramos desarrollarnos como individuos, no seremos capaces de formar estructuras eficaces que resistan los embates de impunidad.
Los valores en la sociedad deben de tener una función que vaya mas allá de las campañas publicitarias, en verdad hay que vivir la honestidad, combatir la corrupción y retomar a la familia como núcleo de la sociedad, es necesario enaltecer la ética y darle el trato justo a los desiguales ya que la pluralidad enriquece la vida democrática.
Pero bueno… estamos en el ombligo de la semana y es momento de ponerse a pensar y encarar lo que simplemente es… irremediable.
IVÁN MONDRAGÓN FAJARDO
VICEPRESIDENTE DE ASUNTOS EMPRESARIALES Y AGRARIOS
