CIUDADANO 2.0
No queda la menor duda de que el Internet ha significado un avance notable en la historia de nuestra humanidad. Sin exagerar mucho, se ve aún con asombro cómo el Internet ha ido cambiando mercados tan poderosos como el de la música, el cine y la lectura. Hoy día, y desde hace pocos años con mucha más fuerza, el Internet se ha ido metiendo también como una muy útil herramienta para la vida política de muchos países.
Cuando aún no terminábamos de observar la pelea entre China y Google por el uso de Internet en ese país, el nombre de Julian Assange vino a invadirnos de manera trascendental al hacer temblar al país más poderoso del mundo. Las filtraciones realizadas por WikiLeaks, las mayores en la historia de la diplomacia mundial, han sido un magnífico ejemplo del poder de las masas con ayuda del Internet. Aún no terminábamos de digerir las discusiones sobre el futuro de Assange, cuando Egipto vino a poner otro ejemplo del evidente poder del Internet a favor de los ciudadanos.
Lo sucedido en Egipto ya ha sucedido también en Irán. Simple, un país con un gobierno de corte autoritario llega a la ridícula decisión de apagar el Internet para evitar que sus detractores se comuniquen. Ridícula decisión para este ya arrancado siglo XXI, donde ciertamente aún existen gobiernos que controlan la televisión y la radio, y que por lo consiguiente creen poder hacer lo mismo con el Internet. El miedo de estos gobiernos es evidente, el miedo que significa el descontrol de algo que jamás podrán controlar, porque ciertamente, el Internet no es suyo.
La industria musical parece que poco a poco va encontrando una fórmula para sobrevivir a la libertad evidente del Internet. La industria cinematográfica apenas empieza a pensar en esto como un problema al que debe de enfrentar, y quizá con una problemática distinta, la industria editorial busca no extinguirse ante los evidentes cambios tecnológicos. La pregunta es: ¿Cuánto tiempo le llavará a los gobiernos adecuarse al Internet?
Todo mundo está centrado entonces en el Internet, ignorando de manera sustancial el motor de esta herramienta; ignorando el verdadero poder de ésta... El Internet, como al inicio lo fue únicamente la voz, luego el papel, luego las señales radiofónicas y televisivas, es eso precisamente, un medio para hacer llegar información. Lo que los gobiernos realmente deberían darse cuenta es que al que siempre tendrán que enfrentarse es al ciudadano común y corriente que se atreve a alzar la voz. Y el ciudadano, por consiguiente, debe entender que es él y no el Internet el que tiene el poder para presionar a su gobierno si éste no le cumple.
Nos encontramos en momentos de evidente cambio, donde las herramientas tecnológicas deben jugar a nuestro favor. Nos encontramos en momentos de inminente cambio, donde el ciudadano debe comprender de mejor manera sus derechos y obligaciones, ayudado de una herramienta tan poderosa como el Internet. Es simple, probablemente los egipcios no hubieran tenido el impacto que tuvieron al escribir en Internet que si lo hubieran hecho sobre papel, pero también es simple, es claro que los egipcios no hubieran tenido el impacto que tuvieron en las noticias internacionales si de plano no hubieran tenido la valentía de alzar la voz...
Para pensar: ¿Hemos dejado a un lado el procesar la información para simplemente privilegiar la acumulación de ésta?
E. F. A.
C O O R D I N A D O R
P R O M O C I Ó N / D I F U S I Ó N
